Vamos a empezar hablando claro y directo: si queremos proteger la capa más externa de la piel, nuestro mejor aliado será la crema solar de toda la vida. A lo largo de los años han evolucionado y, ahora, podemos encontrarlas de todo tipo y condición, pero como este no es el tema que nos atañe, solamente vamos a recalcar que lo mejor es coger una con factor de prtoección SPF+ 50 ya que nos permitirá tener un margen de tiempo más alto entre aplicación y aplicación. A estas alturas ya debéis saber que, el número de factor solar nada tiene que ver con la protección, sino que representa el tiempo que podremos ponernos bajo el sol sin sufrir daño alguno.
Entonces, si el protector tópico ya me protege, ¿Por qué debería complementarlo con un fotoprotector oral?
La respuesta es muy sencilla, simplemente porque nuestra piel tiene muchas capas, y los rayos solares inciden en todas y cada una de ellas, desde las más externas hasta las más internas. Aunque en el momento en que estamos disfrutando de una agradable charla con nuestros amigos en una terraza, no seamos conscientes del todo, a la larga, si no nos protegemos adecuadamente, aparecerán los llamados daños solares, o lo que es lo mismo, sequedad de la piel, arrugas, manchas etc.
Además, cuando nos aplicamos el protector solar puede que no lo hagamos de forma uniforme y algunas zonas queden más desprotegidas, por lo que un complemento en formato oral, nos ayudará a nutrir y hidratar la piel desde el interior. De esta forma podremos prescindir del after sun, estaremos protegidos de forma global y gozaremos de un bronceado más uniforme.
¿Desventajas?
Ninguna. Sólo tenemos que tener cuidado con aquellos que sean ricos en betacarotenos, ya que si tenemos manchas en la cara podrían pigmentarlas más.
La fotoprotección oral es el mejor complemento para la fotoprotección tópica.