Más de 800 estudios avalan el uso del ajo añejado comopotente cardioprotector gracias a que controla los niveles de homocisteína en sangre y mejora la microcirculación periférica, ayudando a regular la tensión arterial descontrolada. Mejor poner “difícil de controlar”
El ajo añejado mejora la producción de óxido nítrico y con ello obtenemos, tras su ingesta, un efecto vaso dilatador
Disminuye la adhesión y agregración plaquetaria
Ayuda a rebajar los niveles de colesterol por dos vías; disminuye la absorción a nivel intestinal evitando absorberlo e inhibe parcialmente dos enzimas involucradas en la síntesis de colesterol ralentizando dos las enzimas que sintetizan el colesterol
Minimiza el efecto tóxico (prooxidante) del tabaco
Por su proceso de elaboración, el ajo añejado no repite ni produce olor ni acidez