Herpes labial y sistema inmune

¿Qué relación tiene el herpes labial con nuestro Sistema Inmune?

El Herpes Labial es una patología muy común entre la población en general y estrechamente relacionada con el buen estado de nuestro Sistema Immune. En este post te explicamos la relación entre esta infección vírica y nuestras defensas.

Mantener el sistema inmune en buenas condiciones es de vital importancia para proteger al organismo y mantener nuestra salud en perfectas condiciones. El sistema inmune nos defiende de los virus, hongos y bacterias…que entran en nuestro cuerpo y se encarga de destruir las células infectadas y alteradas.

¿Qué es el herpes labial?: Causas y Síntomas

El herpes labial es una infección vírica muy común que se manifiesta a través de ampollas de líquido que aparecen en los labios. Una vez estas ampollas explotan y pierden el líquido que contienen, se secan y se transforman en antiestéticas costras, que pueden tardar algunos días en desaparecer.

El herpes labial, es una infección viral muy frecuente entre la población. Provoca una lesión bastante dolorosa que se caracteriza por una pequeña rojez que va creciendo, pica, arde y, finalmente, termina por convertirse en una ampolla y una pupa.

Tipos de Herpes

Existen dos tipos de virus de herpes. El de Tipo 1 o simple (HSV-1) –el más frecuente y que suele aparece en los labios-, y el de Tipo 2 (HSV-2), que puede afectar tanto a la boca como a los genitales. El herpes labial es contagioso a pesar de que las llagas no sean visibles.
El virus del herpes no tiene cura, así que permanecerá contigo durante toda la vida, en estado latente, si lo contraes. En este caso, el objetivo es controlar los posibles brotes mediante fármacos.

¿Cómo se contagia?

Ambos herpes pueden propagarse a la cara o a los genitales mediante contacto físico e incluso si se han compartido objetos como utensilios para comer, toallas, ropa, cuchillas de afeitar, etc.

El herpes labial puede contagiarse a pesar de que las ampollas o llagas no sean visibles. Pero es más contagioso cuando el afectado presenta ampollas con secreción, ya que el virus se propaga cuando los fluidos corporales de los individuos entran en contacto. Y también existen personas asintomáticas.

Síntomas del herpes labial

El herpes labial se suele articular en tres etapas.

En la primera de ellas, el afectado sufre picor combinado con un ligero hormigueo alrededor de los labios. Esta sensación precede a la aparición de un bulto duro y doloroso.

En la segunda etapa, las protagonistas son las mencionadas ampollas rellenas de líquido, que suelen presentar secreción y fusionarse entre ellas. Una vez explotan, se inicia la tercera etapa, protagonizada por las llagas superficiales que han dejado las ampollas. Una vez éstas se secan generan una costra.

¿Cómo tratar los síntomas de un brote de herpes labial?

En primer lugar, si ya has sufrido previamente algún brote de herpes labial, lo primero que te recomendamos es la prevención: evita el contacto físico con personas que presenten los síntomas mencionados anteriormente, no uses objetos que hayan podido estar en contacto con otros individuos y mantén tus manos bien limpias. La luz del sol también puede provocar un rebrote en algunas personas, así como los episodios de estrés.

Sí ya ha aparecido el brote, deberás consultar a tu médico, que valorará la opción de recetarte un fármaco antiviral, y si es leve, actualmente encontrarás en la farmacia productos sanitarios específicos, a base de gel de sílice, de aplicación externa, en forma de crema para herpes labial con efecto calmante, que alivian el picor, la sensación de ardor y favorecen la curación de las ampollas causadas por el herpes labial. Además estos productos no tienen efectos adversos.
El herpes labial suele curarse en dos o tres semanas sin dejar cicatriz.

¿Qué factores pueden producir un brote de herpes labial?

Existen una serie de factores que pueden contribuir a que se produzca un brote de herpes labial: cambios hormonales, estrés, cansancio físico, exposición a la luz solar o a otros elementos naturales o variaciones en el sistema inmune, como una ‘bajada’ de defensas.

Hemos hablado con Luisa Varela, Directora Técnica de Vitae Health Innovation, para que nos explique la relación entre el herpes labial y el sistema inmunitario.

  1. ¿Por qué es tan importante mantener el sistema inmune en buenas condiciones? ¿Cómo puedo saber si mis defensas están bajas?

El sistema inmune es nuestro ejército y nos ayuda a combatir cualquier patógeno que se acerque a nosotros. El estrés, la mala alimentación o no dormir las suficientes horas son pilares que comprometen el sistema inmune. Nuestro ejército biológico también tiene que descansar y estar en las mejores condiciones, preparado para cuando tenga que luchar.

  1. ¿Qué relación hay entre el herpes labial y el sistema inmunitario?

Quien tiene un herpes labial, lo tiene para siempre. Normalmente se encuentra en período de latencia, pero cuando nuestro sistema inmune está en bajas condiciones, suele reaparecer, lo que llamamos un brote. Así pues, como más sano y preparado tengamos el sistema inmune, mejor para mantener alejados los síntomas del herpes labial.

  1. Entonces, ¿si mantengo mis defensas altas evitaré el herpes labial?

Como comentaba antes, quién está infectado de herpes labial lo tiene para siempre en el organismo. Por lo tanto, podemos evitar los síntomas manteniendo nuestro sistema inmune sano. Aun así, con nuestro estilo de vida actual, por muy sano que sea, siempre hay picos en que nuestro sistema inmune decae. Estos picos suelen coincidir con cambios de estación, o épocas de estrés laboral o exámenes.

  1. ¿Cómo podemos aumentar nuestras defensas de forma natural?

Mantener un estilo de vida activo, realizando actividad física suave (caminar, subir y bajar escaleras, bailar, ir en bicicleta, practicar yoga,…), consumir alimentos saludables (dieta mediterránea) y descansar las suficientes horas es la clave del éxito. En determinados grupos de población más vulnerables o en épocas en que no podemos seguir todos estos consejos, es aconsejable ayudar a nuestras defensas, aumentando la ingesta de antioxidantes y de grasas saludables (frutas, verduras, aceite de oliva,..) o en forma de complementos alimenticios con betaglucanos de levadura, vitamina D, vitamina C y zinc u otros compuestos específicos como arabinoxilano, ajo añejado y ácidos grasos omega, entre otros. Todos estos ingredientes apoyarán a nuestro sistema inmune.

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