Vivimos en un mundo en el que la rapidez y el estrés están a la orden del día. Esto nos ha alejado de nuestra condición de seres humanos y nos ha desconectado cada vez más de nuestra esencia. Esta inmediatez y otras muchas cosas propias del tiempo en el que vivimos, provocan necesariamente que no podamos hacer las cosas con calma, dedicación y conciencia. Como decíamos, lejos de ser algo positivo, esta, cada vez más creciente tendencia, nos ha alejado de nosotros mismos y cada vez somos menos capaces de escuchar y entender nuestro propio cuerpo.
La medicina integrativa propone una visión de la salud mucho más holística que nos permite reconectar con nuestro yo interior y que nos ayude a detectar el origen de las cosas para tratar las consecuencias. En esta disciplina, el conocimiento de uno mismo y de las reacciones del propio organismo, son de vital importancia, así como la atención plena sobre aquellas señales que nos manda el cuerpo.
Una de las señales a las que deberíamos prestar atención, es al estado de nuestras heces. Hemos hablado con Rosa Munné Puig, farmacéutica y psiconeuroinmunóloga, para que nos dé unas pautas básicas con las que guiarnos.
Como decíamos, la medicina integrativa propone un modelo de medicina mucho más holística en la que para tratar una dolencia es importante hacerlo desde el origen. Nuestro propio cuerpo nos habla y nos facilita mucha información que lo más probable es que nos pase inadvertida
¿Qué señales cotidianas nos envía nuestro organismo y que deberíamos habituarnos a observar y analizar?
Ciertamente, si aprendemos a escucharnos, nos daremos cuenta que nuestro organismo nos envía señales cuando algo no funciona correctamente. Algunas de las cosas a las que deberíamos estar atentos son, por ejemplo, si tenemos suficiente energía para afrontar el día a día, si tenemos problemas en la piel, si tenemos migrañas, alergias, cómo digerimos, si tenemos gases o la barriga hinchada, si tenemos un bajón de energía después de comer o cómo son nuestras heces y nuestra orina. Todo síntoma aunque no nos impida nuestra vida diaria es una señal.
Tal y como explica en el apartado anterior, las heces nos dicen muchas cosas sobre nuestro estado de salud.
¿Podría explicarme con más detalle qué cosas deberíamos tener en cuenta y su significado a grandes rasgos?
Si nuestras heces flotan quiere decir que nuestro estómago no digiere bien las grasas y las eliminamos en las heces (por eso flotan). Si manchan mucho también significa que tienen demasiada grasa.
Si son bolitas puede ser que el estómago no digiera bien y/o tengamos algún tipo de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino o que nos falte serotonina (la hormona de la felicidad) o que tengamos alguna intolerancia con el gluten.
Si tenemos heces pastosas responden a un desequilibrio de la flora intestinal en el que hay un tipo de bacterias más fermentativas que sobrecrecen por encima de las otras o sobrecrecimiento de cándidas.
Si tenemos diarreas ¡no debemos normalizarlas nunca!!! Detrás hay algún desequilibrio de la flora o alguna intolerancia con el gluten o un parásito. Además, no estaremos absorbiendo nutrientes correctamente y eso afectará en muchos aspectos.
Si las heces son explosivas y/o con muy mal olor responde a un tipo de sobrecrecimiento de bacterias más putrefactivas
Las heces deben ser formadas, no deben manchar, no deben hacer un olor desagradable y debemos sentir la sensación de haber “vaciado” completamente.
¿Es posible que de un día para otro, el estado de nuestras heces cambie, tanto para bien como para mal? ¿O se necesitan más días para ver indicios de que algo no está funcionando correctamente?
Normalmente se necesitan más días. Un día puntual que hayamos comido con más grasa o que haya habido más estrés o que salgamos de viaje pueden cambiar, pero es puntual. Tiene que haber regularidad en nuestras heces y debe pasar un tiempo hasta q observemos cambios. El problema es que no se nos ha educado para escucharnos y mucho menos para observar cómo son nuestras heces. La mayoría de personas no se dan cuenta que puede haber un problema hasta q no empieza a observarlas. Hay personas que han normalizado el hecho de ir 3 veces al día al baño con heces pastosas y explosivas, por ejemplo.
¿Qué podemos hacer en caso de que nuestras heces no estén en buen estado?
Lo primero, revisar nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida. Si no hay una alimentación equilibrada, sana y con productos frescos y de calidad es difícil que nuestro intestino esté bien. Si llevamos mucho stress, uno de los primeros afectados es nuestro intestino y se desequilibrará nuestra flora llevando a diferentes síntomas. Si no masticamos correctamente y comemos rápido nuestro sistema digestivo no funcionará bien.
Si, una vez cambiados estos aspectos, seguimos observando que algo no marcha correctamente, lo mejor es consultar a un profesional de medicina integrativa que haga un estudio de las heces (test disbiosis intestinal) para investigar dónde está el problema y resolverlo.
¿Cuándo deberíamos consultar con un profesional?
Cuando habiendo hecho los cambios comentados en la anterior pregunta, persistan las diarreas, las heces pastosas, los gases y las distensiones abdominales, el estreñimiento o el dolor abdominal.