OlioVita® Repair

Utilizar un bálsamo hidratante reparador en el día a día para cuidar la piel puede aportar una serie de beneficios:

Hidratación intensa: están formulados con ingredientes ricos y emolientes que proporcionan una hidratación profunda a la piel. Estos productos son especialmente útiles para las personas con piel seca, áspera o deshidratada, ya que ayudan a restaurar y retener la humedad en la piel.

Reparación y regeneración: suelen contener ingredientes que ayudan a reparar la barrera cutánea dañada. Estos ingredientes pueden incluir mantecas, aceites nutritivos, antioxidantes y vitaminas que promueven la reparación celular y ayudan a la piel a recuperarse de los daños causados por factores ambientales, como el sol, el viento o la contaminación.

Alivio de la irritación y la inflamación: contienen ingredientes con propiedades antiinflamatorias y calmantes, como la avena, la caléndula o el aloe vera. Estos ingredientes pueden ayudar a calmar la piel irritada y aliviar el enrojecimiento o la sensibilidad.

Protección contra los factores externos: pueden formar una barrera protectora en la piel, ayudando a prevenir la pérdida de humedad y protegiendo la piel de los agresores externos. Esto puede ser especialmente beneficioso en climas extremos, condiciones de sequedad o cuando se está expuesto a factores irritantes como el frío o la contaminación.

Versatilidad: suelen ser productos multifuncionales que se pueden utilizar en diferentes áreas del cuerpo, como la cara, las manos, los codos o las rodillas. También pueden ser útiles para tratar áreas específicas de la piel que necesitan un cuidado adicional, como cicatrices, quemaduras o zonas ásperas y agrietadas.

Hidratación adecuada: mantener la piel bien hidratada es fundamental para fortalecer su barrera natural. Utiliza un humectante o crema hidratante adecuada para tu tipo de piel, preferiblemente después de cada lavado facial o ducha. Elige productos que contengan ingredientes como ácido hialurónico, ceramidas o aceites naturales, que ayuden a retener la humedad en la piel.

Evita el uso excesivo de limpiadores agresivos: los limpiadores fuertes y con alto contenido de productos químicos pueden eliminar el sebo natural de la piel y dañar su barrera protectora. Opta por limpiadores suaves y sin fragancias que no sean demasiado agresivos.

Protección solar: La exposición excesiva al sol puede debilitar la barrera cutánea y causar daños en la piel. Utiliza siempre protector solar con un factor de protección solar (FPS) adecuado para tu tipo de piel y aplícalo generosamente antes de salir al sol. Recuerda volver a aplicarlo cada dos horas, especialmente si estás expuesto al sol durante períodos prolongados.

Dieta equilibrada: una alimentación saludable y equilibrada puede tener un impacto positivo en la salud de la piel. Asegúrate de incluir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, antioxidantes y vitaminas, como frutas y verduras frescas, nueces, semillas, pescado graso y aceites saludables.

Evita el estrés y descansa lo suficiente: el estrés crónico puede afectar negativamente la salud de la piel. Intenta encontrar formas de manejar el estrés, como la meditación, el ejercicio regular o la práctica de técnicas de relajación. Además, asegúrate de dormir lo suficiente, ya que el descanso adecuado permite que la piel se repare y se regenere.

Evita hábitos perjudiciales: Algunos hábitos, como fumar y beber alcohol en exceso, pueden debilitar la barrera natural de la piel y causar daños. Trata de evitar estos hábitos o reducir al máximo su consumo para promover una piel más saludable.