Hemos hablado con el psicólogo Toni Mateo sobre la felicidad, la tristeza y las cosas que pasan a lo largo de la vida.
Vivimos en un medio que está en constante movimiento, con lo que nos pasamos el día recogiendo información (ojo, de forma consciente e inconsciente). Según como trabajemos esta información nos generará una serie de emociones y pensamientos que nos permitirá obtener unos resultados u otros y una manera de funcionar concreta. Esta manera de funcionar, representa como te tomas las cosas y como reaccionas delante de las dificultades que puedan surgir a lo largo de la vida.
¿Sencillo verdad? Bien, el problema es que esto se va automatizando y si no somos conscientes de ello no podremos cambiar nada. Tenemos que ser muy conscientes de este proceso, dice Toni, porque esto es lo que nos permitirá adaptarnos a las diferentes situaciones que se nos vayan presentando. Lo que es un error es decir frases como ‘’yo soy así y no puedo cambiarlo’’. Tenemos que ser críticos con nosotros mismos y analizar si las conclusiones a las que estamos llegando, de forma automática, están justificadas.
Toni Mateo comenta que no tenemos que tener miedo a sentir emociones negativas, porque forman parte de nosotros. Vivir en un estado de felicidad permanente es idílico e irreal. Las emociones negativas son muy útiles y necesarias. Si nos sucede algo es normal que nos sintamos tristes.
La tristeza no es más que un estado de nuestro organismo que produce un descenso de actividad y nos proporciona la oportunidad para replantearnos cosas (en nuestra mano está aprovecharla o no). Eso sí, hay muchas formas de hacerlo, puedes empezar a darle vueltas y entrar en un espiral o, por el contrario, analizar, racionalizar y llegar a nuevas conclusiones y puntos de vista, y lo más importante a tomar decisiones. Por eso existen los estados de tristeza, para formularnos nuevos objetivos y motivarnos.