Con la llegada del verano, cambian nuestros hábitos y la alimentación. Sobre todo por el calor, que hace que, en general, tengamos menos ganas de comer. Además, nos apetezcan platos más ligeros y frescos. Por lo tanto hay que tener cuidado con lo que comemos. Si no nos alimentamos lo suficiente, sentiremos cansancio y pérdida de energía. Incluso puede que no nos hidratemos correctamente. Y no solo nuestra piel, sino también por nuestro organismo en general, puede sufrir las consecuencias de la deshidratación.
Por eso es conveniente tener en cuenta qué alimentos de los que son más adecuados para comer en verano. Tanto por lo frescos y apetecibles que puedan ser como por su valor nutricional. De esta manera podremos diseñar menús equilibrados. Pero no por ello tendremos que comer platos pesados y que no apetecen cuando la temperatura ambiente es elevada.
Qué alimentos son más convenientes para ganar energía en verano
Cuando las temperaturas son elevadas es conveniente comer alimentos más frescos y ligeros que en invierno. No siempre los que más frescor aportan son los más recomendables de cara a una alimentación equilibrada. Por eso no está de más informarse para saber cuáles son los más adecuados, como los que relatamos a continuación:
- Frutas y verduras frescas. En general, en verano suelen apetecer más las frutas que en invierno. Las que son de temporada aportan bastantes líquidos, además de vitaminas y minerales. Por ejemplo, la sandía, el melón o el melocotón. También las verduras, muchas de las cuales pueden consumirse crudas, como la lechuga o el pepino, son un nutriente esencial en verano. Ensaladas, menestras y fruta de postre o como tentempié a media mañana o durante la merienda
- Sopas frías. En España tomamos abundantes sopas y cremas frías con la llegada del verano. El gazpacho, en cualquiera de sus tipos y variedades. También el salmorejo, la sopa de melón o sandía son habituales en muchas neveras. Y no solo como plato principal durante la comida o la cena, ya que por su frescor pueden apetecer a cualquier hora. Incluso como bebida refrescante.
- Alimentos creados a partir de cereales integrales o enteros. El desayuno es, también en verano, una de las principales comidas del día. Además, por hacerse durante la mañana, cuando todavía no hace excesivo calor, la sensación de hambre puede ser mayor. Por eso será el momento de ingerir los alimentos que puedan parecer más pesados, como el pan o los cereales, más recomendables si son integrales.
- Carnes magras. A pesar de que en verano puedan apetecer más los fiambres frescos que sacar una sartén y ponerse a cocinar carne y pescado, es muchísimo más recomendable aparcar los fiambres y cocinar platos de carnes magras, como el pollo, que puedan aportarnos proteínas pero sin la grasa del embutido. Una preparación sencilla, además, no requerirá mucho tiempo de cocina.
- Pescados magros. También conocidos como pescados blancos, son muy fáciles de preparar y aportan al organismo vitaminas y proteínas esenciales. Por ejemplo, el bacalao o la merluza.
Al igual que hay alimentos que conviene tomar en verano más que otros, también los hay cuya ingesta no es tan conveniente. Por ejemplo, los refrescos con gas, las bebidas alcohólicas o las que contienen un nivel excesivo de azúcar. Y no hay que olvidarse de que es más recomendable hacer cuatro o cinco comidas al día y beber de dos a tres litros de agua para evitar la deshidratación.