Hay alimentos que tenemos tan integrados en nuestro día a día pero que quizás no valoramos adecuadamente y nos pasamos por alto los valiosos beneficios que tienen para salud. Uno de ellos es el ajo, un pequeño vegetal con propiedades muy potentes que está considerablemente olvidado, quizás por su asociación con la medicina popular y la superstición a la que ha estado ligado durante años (las civilizaciones antiguas comían ajo para ahuyentar a los demonios) o tal vez por su fuerte olor y todo lo que esto conlleva.
El ajo se considera un alimento medicinal y hay muchos estudios e investigaciones que lo secundan alejándolo del reino del folklore al que pertenecen otros ingredientes. Lo del ajo es una cosa sería y a tener muy, pero que muy, en cuenta.
Los principales beneficios del ajo
Como decíamos, este alimento tiene muchísimas propiedades beneficiosas para nuestro organismo, pero hay siete que se llevan todo el protagonismo:
- Ayuda a combatir infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos. Es un potente antibiótico.
- Mejora la salud cardiovascular.
- Mejora las defensas.
- Ayuda a mantener normal la tensión y el colesterol.
- Mejora los niveles de azúcar en sangre.
- Es muy beneficioso para la circulación.
- Mejora la salud del hígado.
Entonces ¿por qué este ingrediente no es parte esencial de nuestra dieta?
Seguramente el asunto que más preocupa a las personas que quieren o que ya consumen ajo es el hecho de que produce mal olor y además es muy irritante, es decir, repite. Hace años, Wakunaga Pharmaceutical en Japón fabricó lo que llaman el ‘’ajo inodoro sociable’’ o lo que es lo mismo un ajo que gracias a su proceso de añejado no produce olor ni repite.
Este ajo, también conocido como ‘’ajo añejado’’, procede de cultivos ecológicos (sin fertilizantes químicos, pesticidas ni herbicidas) y se añeja durante un periodo de hasta 20 meses, aumentando sus propiedades beneficiosas y eliminando el olor y los componentes irritantes.