El aburrimiento despierta a los niños

«Jo papá, me aburro» es una frase que estamos acostumbrados a escuchar en boca de los niños. Cuando los peques de la casa no saben qué hacer nos agobian a preguntas y la solución más rápida es dejarles el móvil o la tablet, para que se entretengan. Craso error. El aburrimiento siempre ha sido necesario para la evolución. Gracias a esos periodos de tiempo muerto han surgido las mejores ideas de la Historia.

Aburrirse es un proceso de aprendizaje

Bien es sabido que los niños dedican toda su infancia a aprender cosas nuevas cada día. Son como pequeñas esponjas absorbiendo información. Lo que pasa es que muchos padres caemos en el error de pensar que es mejor darles todo hecho a nuestros hijos. Enseñarles a aburrirse también es parte de su educación.

Si un niño se aburre y no se le dan herramientas para acabar con ese estado, él mismo buscará la forma de entretenerse solo. Aunque esta actitud no parezca importante ahora, lo será en el futuro ya que se convertirá en un adulto capaz de resolver los problemas por sí mismo.

Las ventajas del aburrimiento

La soledad es un estado del que muchas personas huimos a lo largo de nuestras vidas. No obstante, saber estar solo es parte de nuestra naturaleza como seres humanos. Es importante que los niños sepan conectar con su yo más profundo desde pequeños. No hay que tener miedo a estar solo. Solamente de esta forma podremos salir de los estados de aburrimiento, los cuales nos ayudarán a potenciar:

  1. La creatividad.
  2. Los procesos de resiliencia.
  3. La concentración.
  4. La resolución.
  5. La relajación.
  6. La tolerancia.

La sociedad de la sobreestimulación

En tan solo 50 años la sociedad en la que vivimos ha pasado de ser un ámbito relativamente relajado, donde solo había dos canales de televisión y no existían ni los móviles ni Internet, a ser una sociedad en la que los diferentes estímulos nos atacan diariamente. Esta situación ha hecho que los niños no entiendan lo que supone aburrirse.

Además, nuestra propia falta de tiempo para pasar tiempo con ellos hace que llenemos su tiempo libre con otras actividades extraescolares. ¿Cómo podemos enseñar a los niños a aburrirse?

  • Permite a tu hijo disponer de un rato al día sin hacer nada y observa su reacción. Puede que tengas un artista en casa y no lo sabes.
  • No programes todas sus actividades. Haz cada día algo con él que no esté en vuestra agenda.
  • Olvida las normas por un momento y deja que tu hijo haga lo que le apetezca en ese momento.
  • Comparte sus momentos de aburrimiento con él, pero solo en modo observación. Si ve que tú tampoco tienes nada que hacer lo entenderá como algo normal y no como algo frustrante.

La estimulación temprana, según los expertos, puede repercutir en el aprendizaje de nuestros hijos. Obligar a los niños a realizar una serie de tareas demasiado complejas para su recién estrenado cerebro puede suponer problemas futuros de aprendizaje. ¡Dejemos que los niños se aburran!

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