Durante las vacaciones nuestro estómago se siente mucho más molesto. Los viajes, las comidas copiosas y el calor hacen que las digestiones puedan llegar a ser incómodas y pesadas. Para evitar sentirnos hinchados y con acidez estos son algunos consejos para las digestiones pesadas en verano.
Cambio de hábitos
Cuando llega la época estival tenemos mucho más tiempo libre. Esto significa comidas fuera de casa, cambio de horarios, viajes, una vida más sedentaria, etc. Esta nueva rutina hace que nuestro estómago se resienta produciendo molestias como:
- Estreñimiento.
- Acidez gástrica.
- Gases e hinchazón.
- Dolor de estómago.
- Halitosis.
- Migrañas.
- Cansancio.
Para evitar todos estos síntomas debemos cuidar nuestro estómago todo el año.
Pautas para evitar las digestiones pesadas en verano
Este verano olvídate de las malas digestiones siguiendo esta pequeña lista de consejos. Verás cómo notas sus beneficios:
- Intenta comer siempre a la misma hora. Los desordenes horarios son una de las principales causas de las digestiones pesadas.
- Mastica bien los alimentos y come sin prisa. Así, no generarás gases en tu estómago.
- Huye de las comidas a base de fritos y grasas saturadas. Esta clase de comidas se digieren mucho peor.
- Bebe mucho líquido para ayudar a tu digestión. Procura no tomar bebidas gaseosas en las comidas, ya que estarás favoreciendo la hinchazón y el malestar de estómago.
- No hagas comidas demasiado copiosas. Es preferible comer moderadamente, pero varias veces al día que hacer dos o tres comidas abundantes.
- Haz algo de ejercicio. Procura moverte para que tu intestino trabaje mejor. El sedentarismo no es bueno para la digestión. Eso sí, descansa un poco después de comer y procura hacerlo con las piernas un poco flexionadas y nunca estiradas del todo.
- Consume más alimentos con fibra y menos alimentos con azúcar. La fibra es una gran aliada para acabar con las digestiones lentas.
Los prebióticos y probióticos para tu salud intestinal
Estos complementos alimenticios te ayudarán a evitar las digestiones pesadas en verano, así como a normalizar tu ritmo intestinal. Ambos son muy parecidos, pero no son iguales. Veamos cómo funcionan:
- Prebióticos: son sustancias, en su mayor parte de origen vegetal, que se encuentran en algunos alimentos (no son microorganismos ni bacterias) que estimulan el crecimiento y la actividad de algunos tipos de bacterias muy beneficiosas para el organismo.
- Probióticos: estos sí son microorganismos vivos que, consumidos en adecuadas cantidades, ayudan a la salud de la flora intestinal y la función digestiva. Los probióticos están presentes en alimentos como el yogur, los encurtidos o la leche fermentada. Su consumo equilibra nuestro sistema inmune y previene a nuestro cuerpo de diarreas, intolerancias o síndrome del colon irritable.
Asimismo, tanto los prebióticos como los probióticos cumplen una función anticancerígena clave para nuestra salud. Todos estos beneficios los convierten en el complemento ideal de tu dieta.
Con estos consejos conseguirás disfrutar de tus vacaciones sin molestias estomacales y con un vientre plano y bonito. ¿A qué esperas para probarlo?