El jujube o dátil rojo es una fruta exótica que crece en un árbol del mismo nombre, es originaria de China y durante milenios han sido usados medicinalmente en varias culturas. Existen muchas variedades de esta fruta (por lo menos 400 variedades distintas) y sus árboles son extremadamente resistentes y pueden florecer en temperaturas extremas.
Son de color rojo por dentro y por fuera, con una textura crujiente y un sabor entre dulce y amargo un poco parecido al de la manzana. Su piel es comestible y cuando están maduros pueden ser almacenados a temperatura ambiente por una semana.
Beneficios para la salud
Por sus múltiples beneficios saludables se le conoce como la fruta de la inmortalidad. Contiene una amplia gama de nutrientes, como el magnesio, potasio, cobre, niacina, calcio, manganeso, fósforo y hierro. Tiene más vitamina C que cualquier fruta fresca, fortaleciendo al sistema inmune y luchando contra las infecciones.
También son conocidas sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas y, según algunas creencias populares, si se consume a diario ayuda a mejorar el tono y color de la piel. Es muy útil en el caso de afecciones de la piel como la sequedad y descamación, y en problemas inflamatorios y para prevenir el daño hepático. Sus extractos también se utilizan en productos para la piel para disminuir arrugas, aliviar la piel seca y tratar el dolor por quemaduras solares.
Tienen la capacidad de ayudar a bajar la presión sanguínea, revertir enfermedades del hígado, tratar la anemia e inhibir el crecimiento de células tumorales.
Por último, este maravilloso fruto contiene 18 de los aminoácidos más importantes, los cuales ayudan en la formación de más de 50.000 proteínas en el cuerpo, una de las cuales desencadena el proceso para curar heridas.
Ya sabéis ¡todos a comer jujubes!
