Hemos hablado con nuestra farmacéutica (y chica de marketing), Lara Mecández, para que nos explique qué es la sequedad de piel y mucosas, por qué se produce y qué cuidados podemos aplicar.
¿Qué tipos de piel podemos encontrar?
Existen 4 tipos de piel: la normal, la mixta, la grasa y la seca. Cada una tiene características distintas, por ejemplo, la normal es aquella que neutra, que no tiene ni problemas de sequedad ni de grasa y requiere menos cuidados. La piel grasa se caracteriza por producir una cantidad más elevada de sebo que por ejemplo, la normal. Suelen estar más hidratadas y tienen menos arrugas en el futuro. Por el contrario, la piel seca tiene un déficit de en cuanto a segregación de grasa, lo que puede producir afecciones como tirantez, irritación, descamación etc. Finalmente, la piel mixta se compone por tener zonas más secas y zonas más grasas.
Cuidados básicos
En general, sea cual sea nuestro tipo de piel, hay dos gestos básicos e imprescindibles que no tenemos que pasar por alto: limpiar la piel en profundidad e hidratarla. Una vez tengamos interiorizado estos dos pasos podremos añadir algún producto específico según las necesidades que tengamos (arrugas, acné, imperfecciones etc.).
¿Cómo podemos saber si tenemos piel seca?
Porque sentiremos que la piel nos ‘’tira’’, así como picor o descamación, ya sea en la cara o en cualquier otra parte del cuerpo. Lo importante, y a tener en cuenta, es que notaremos esa incomodidad en la piel.
¿Por qué se produce la sequedad de piel?
Por muchos motivos. Puede ser que de forma natural tengamos tendencia a tener este tipo de piel, o que, por ejemplo, nos haya dado mucho el sol en alguna parte específica de la cara o el cuerpo.
También es posible que no nos estemos hidratando correctamente, que no estemos bebiendo el agua suficiente (2 litros mínimo), comiendo alimentos un poco variados y saludables o que no estemos usando los cuidados cosméticos adecuados para nuestro tipo de piel.
¿Qué son las mucosas? ¿También pueden sufrir de sequedad?
Las mucosas son una membrana que recubren algunos órganos y que segregan moco, como por ejemplo la mucosa ocular, nasal, bucal o vaginal. Estas zonas también pueden producir sequedad, ya sea de forma más crónica o de forma puntual. Eso depende de la edad, de si sufrimos alguna patología concreta, de nuestra alimentación, consumo de agua o de algunos tratamientos como por ejemplos aquellos para el acné, que resecan muchísimo piel y mucosas. También es posible que elementos externos como el estrés, la contaminación y los ambientes muy húmedos alteren la hidratación natural de esas zonas.
¿Cómo podemos tratarla?
Dependiendo de la zona donde tengamos sequedad de piel aplicaremos unos tratamientos u otros. Por ejemplo, en el caso de la sequedad ocular, que puede estar provocada por el uso de lentillas, podemos aplicar colirios que nos hidraten toda la mucosa. Eso sí, primero deberíamos asegurarnos que esta sequedad no provenga de alguna patología, como por ejemplo, una alergia. En la zona de la nariz, podemos utilizar cremas específicas, así como en la vaginal, que resulta especialmente molesta para las relaciones sexuales, ya que no hay suficiente lubricación.
Para la sequedad de la piel en la cara o algunas zonas concretas del cuerpo, podemos recurrir al uso de cremas tópicas hidratantes o emolientes.
Tal y como hemos nombrado anteriormente, también es importante beber agua y hacer una dieta rica en ácidos grasos, omegas, frutas, verduras etc. La piel refleja lo que comemos, por ejemplo, está comprobado que hay alimentos que te pueden provocar más acné. El estado de salud se ve muy influenciado por la dieta.
¿Y si eso no es suficiente?
Si estamos haciendo todo lo que hemos dicho y aún así persiste la sequedad deberíamos consultar con nuestro médico para asegurarnos que no se trata de alguna patología y, además, contemplar recurrir al uso de algún complemento alimenticio que nos nutra e hidrate desde dentro.
