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María José García, farmacéutica y formadora de Vitae, nos explica qué no podemos olvidarnos de poner en la maleta según el destino de vacaciones que escojamos. En otro artículo ya hablamos de las diez cosas imprescindibles que tenemos que poner sí o sí en nuestro botiquín de viaje, pero según las características de nuestro lugar de veraneo, tendremos que pensar en añadir o sacar algunas de ellas.
Todos, independientemente del lugar, una semana antes de irnos, deberíamos preparar nuestro intestino. Aunque vayamos al pueblo de toda la vida, el cambio de hábitos, alimentación, agua etc. puede provocarnos alteraciones en nuestro sistema digestivo. ¿La mejor manera de prevenirlo? Con probióticos y prebióticos.
Playa
Si nuestro destino es de playa, no podemos olvidarnos del protector solar y de un complemento en formato oral para completar la acción del fotoprotector y conseguir un bronceado más uniforme, nutrición y hidratación de la piel, evitar futuras manchas, arrugas etc.
También podemos incluir un gel crema calmante por si nos pica algún insecto o medusa.
Y, sobre todo, recordar hidratarse adecuadamente y no tomar el sol en las horas puntas.
Selva
Importante usar ropa cómoda, a ser posible de algodón y de colores claros. Dicho esto, imprescindible que adquiramos un buen repelente de insectos y mosquitos, una crema de efecto tópico para mejorar los síntomas si no hemos podido evitar la picada, y finalmente, un antihistamínico oral.
Montaña
Aunque quizás no sea lo primero que nos viene a la mente al pensar en un destino de montaña, es imprescindible que nos llevemos un buen protector solar, ya que por cada 100 metros que subimos de altitud, la radiación solar aumenta un 15%, lo que significa que tenemos que tener aún más cuidado, si cabe, que cuando vamos a la playa.
Un botiquín de primeros auxilios para combatir posibles caídas, rasguños, torceduras etc. que debe incluir, un desinfectante, vendas decompresivas, tiritas, ibuprofeno, crema antiinflamatoria etc.
¡A disfrutar de las vacaciones!
