Si os dijéramos que a través de los besos podemos llegar a transmitirle nuestra microbiota oral a nuestra pareja ¿os lo creeríais? Pues por increíble que parezca la respuesta es sí.
La revista Microbiome publicó en el año 2014 un estudio en el que afirmaba que la gran mayoría de parejas tienen una composición similar de microbiota oral por lo que, cuanto más nos besemos más posibilidades tendremos de intercambiarnos bacterias a través de la saliva, especialmente si es con una pareja estable y que perdura a lo largo del tiempo.
Primero de todo vamos a explicar qué es la microbiota oral. Básicamente son todas las bacterias que viven en nuestra boca y que pueden influir en algunos aspectos de nuestra salud. En todo el cuerpo viven más o menos 100 trillones de microorganismos y la mayoría de ellos se encuentran en nuestro intestino. Cuando practicamos este inocente y casi ancestral gesto de besarnos, estamos transfiriendo aproximadamente 80 millones de bacterias a nuestro partener sexual, lo que provoca que introduzcamos nuevas y, a menudo, beneficiosas bacterias en nuestra boca y luego en nuestro ecosistema.
Dicho estudio entrevistó a 21 parejas y les preguntó cada cuánto practicaban el noble arte de besarse. Después los investigadores hicieron consumir a cada sujeto un yogurt rico en probióticos que, como ya sabéis, son una fuente muy buena de lo que denominamos ‘’bacterias buenas’’. Finalmente analizaron el nivel de las bacterias de sus mejillas y concluyeron que las parejas que se habían besado más a menudo habían acabado teniendo una microbiota más parecida que los que se habían besado menos.
Bésame, por favor
Curioso ¿verdad? Pues bien, no sólo solemos parecernos a nuestros compañeros sexuales en personalidad, valores y bacterias, sino que, además, nos pueden ser muy útiles a nivel científico. Las bacterias ayudan a regular muchos procesos del cuerpo a la vez que pueden ser beneficiosas para nuestro sistema inmunológico, por lo que exponernos a las bacterias de otros puede ser muy beneficioso para nuestra salud.
A todo esto, os estaréis preguntando ¿qué pasa si mi compañero me transfiere bacterias poco beneficiosas? Pues bien, podéis estar tranquilos, ya que el estudio concluyo que normalmente acabamos adquiriendo la microbiota oral beneficiosa de nuestro compañero y no al revés.
¡Así que ya sabéis, a besarse sea dicho!