El sol es una gran fuente de vitaminas A y D, muy saludables para nuestro cuerpo. No obstante, exponerse al sol sin contar con sus riesgos puede conllevar problemas de salud a medio y largo plazo. No huyas del sol, pero aprende cómo aprovechar todos sus beneficios.
Ventajas de la vitamina luminosa
Al sol también se le conoce como la «la vitamina luminosa» ya que se encarga de controlar somnolencia diurna. Además, la luz solar ayuda a combatir los estados de ansiedad y depresión. Por este motivo, en invierno, cuando las horas de luz son más escasas, nos sentimos más apáticos y decaídos.
Por otro lado, el sol ayuda a fortalecer los huesos, ya que favorece la absorción del calcio, así como ayuda a prevenir el asma.
El sol y el cáncer
Es muy importante dejar claro este punto. Tomar el sol de forma adecuada ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama, de pulmón, colón y próstata. Esto es gracias a los beneficios que aportan los rayos UVB. Pero ojo. Los rayos UVA son los que pueden producir cáncer de piel.
Por esto, es fundamental, tomar el sol con mucha precaución a fin de minimizar los riesgos y potenciar sus virtudes.
Cómo se debe tomar el sol
Siempre con protección. En otoño, invierno, primavera y verano. Nunca te expongas al sol sin proteger tu piel. Utiliza gorros o sombreros que cubran tu cabeza para evitar insolaciones o bajadas de tensión.
Si vas a tomar el sol es importante que hidrates tu piel bien desde dentro. Siempre ten agua a mano y bebe cada cierto tiempo.
Nunca expongas tus ojos directamente al sol. Es mejor usar gafas solares para que estos no se irriten ni dañen.
La mejor forma de tomar el sol es caminando o haciendo deporte. Estar tumbado directamente al sol, vuelta y vuelta, solo hará que tu piel envejezca mucho más rápido. Camina, sal en bici y deja que el aire te llene.
Cuándo se debe tomar el sol
Lo ideal es huir de las horas centrales del día y tomar el sol por la mañana hasta las doce, y por la tarde a partir de las 4.30 o 5 de la tarde. De esta manera, se disminuyen muchos riesgos.
El sol no solamente se puede tomar en verano y todo de golpe. Lo más recomendable es tomar el sol todo el año y, siempre que se pueda, durante un máximo de 10 mn con protección. De esta forma, se aprovechan mejor todos sus beneficios:
- Mejora el humor.
- Combate el insomnio.
- Reduce la presión arterial.
- Equilibra el colesterol.
- Fortalece el sistema inmune.
- Combate tumores.
- Mejora el aspecto de la piel.
- Ayuda a la salud dental y ósea.
En definitiva, el sol es nuestro amigo, pero hay que saber cómo relacionarse con él. Sus beneficios van mucho más allá de un bonito bronceado. Tu buena salud depende de cómo y cuándo tomes el sol, así que no te arriesgues y ¡disfruta de la vitamina luminosa del astro rey!
No es un mito, el sol mejora nuestro estado de ánimo
Por fin empieza el buen tiempo y con él esa maravillosa sensación de confort, bienestar y alegría que proporcionan los rayos del sol.
Es importante recordar que siempre que nos expongamos al sol, por poco que sea, debemos protegernos y no solamente durante los meses más calurosos sino durante todo el año.
Ahora bien, tomar el sol de forma moderada nos puede aportar cosas tan beneficiosas para nuestra salud como:
- Mejorar nuestras defensas
- Recepción de vitamina D para los huesos
- Regulación de la melatonina y por lo tanto del sueño (nos ayudará a dormir mejor)
- Disminución de la presión arterial
- Algunos beneficios para la piel, como por ejemplo el acne (eso sí, siempre con protección)
- Y el último y más importante, la mejora de nuestro estado de ánimo
Sol = felicidad
Como decíamos, el sol mejora nuestro estado de ánimo, y eso ¿por qué? Pues porque nuestro comportamiento y estado anímico dependen en gran medida de las horas de luz que recibe nuestro organismo, de ahí que, por ejemplo al empezar la primavera nos podamos sentir inquietos, alterados y más cansados. La causante de este bienestar con el aumento de las horas de luz se llama serotonina, o lo que también se conoce popularmente como la hormona de la felicidad.
La serotonina, nuestra gran aliada
Hay una relación directa entre esta hormona y la sensación de felicidad y bienestar ya que actúa en nuestro cerebro como un neurotransmisor, siendo la responsable del placer, la motivación y nuestro estado de ánimo en general.
Aunque esta hormona se encuentra en el cerebro, dispone de una mayor concentración en los intestinos, ejerciendo una función reguladora en el proceso digestivo. De ahí que digan que el intestino es nuestro segundo cerebro.
Es muy importante tener bien regulada esta hormona, ya que de lo contrario podría provocarnos una sensación general de malestar e incluso pequeños desequilibrios a nivel emocional.
Cómo aumentar los niveles de serotonina
Para poder mantener a raya esta hormona podemos llevar a cabo las siguientes pautas:
- Consumir alimentos ricos en triptófano, como el plátano, los cereales, la soja o el chocolate negro.
- Consumir omega 3, que podemos encontrar en el pescado azul y en frutos secos, por ejemplo.
- Practicar ejercicio regularmente.
- Llevar a cabo técnicas de relajación.
- Y por supuesto, tomar el sol.