El sueño es un proceso vital cíclico, complejo y activo con interacción con distintos sistemas hormonales y nerviosos del organismo. El conocido ciclo sueño-vigilia, es un ciclo circadiano (duración aproximada de 24h) que está regulado por el reloj biológico.
¿Qué es el reloj biológico?
Es un centro neuronal ubicado en el hipotálamo y cuya función es dar la orden al resto de organismos del cerebro de iniciar, mantener y finalizar el sueño. Es este reloj biológico el que va a marcar las franjas horarias en las que hay mayor o menor probabilidad para quedarnos dormidos.
Ciclo y fases del sueño
El sueño se compone por la sucesión periódica de las distintas fases que lo constituyen. Estas fases forman un ciclo de tipo ultradiano (duración menor a 20h):
- Fase NREM: se caracteriza por la presencia de actividad cerebral eléctrica con un encefalograma sincronizado y de ondas lentas, un tono muscular moderado, con movimientos oculares lentos o ausentes, ausencia de actividad genital, pensamientos vagos, respiración lenta, temperatura cerebral menor, disminución del flujo sanguíneo y la elevado secreción de la hormona del crecimiento.
- Fase REM: en contraposición, ésta fase se caracteriza por una actividad cerebral eléctrica con un encefalograma desincronizado con ondas irregulares y rápidas, ausencia de tono muscular, movimientos oculares rápidos, actividad genital, sueños de estructura narrativa, respiración irregular, mayor temperatura cerebral, flujo sanguíneo alto y la baja secreción de la hormona del crecimiento. Durante ésta fase, se requieren estímulos significativos para provocar el despertar del individuo.
¿Por qué necesitamos dormir?
Existen distintas teorías relacionadas con las funciones del sueño y su necesidad. Dormir permite:
- Restablecer y conservar la energía del organismo
- Nos ayuda a eliminar los radicales libres acumulados durante el día
- Regula y restablece la actividad eléctrica cortical
- Contribuye a la homeostasis sináptica
- Activa el sistema inmunológico
- Consolida la memoria
- Contribuye a la regulación térmica, metabólica y endocrina
Estas funciones se asocian, predominantemente a una de las dos grandes fases que constituyen el sueño.
La fase NREM ayuda a:
- Restaurar los tejidos del organismo
- Representa un papel en el proceso de crecimiento
- Conserva la energía para la fase de vigilia (temperatura corporal baja)
La fase REM:
- Ayuda al procesamiento de la información
- Estímulo para el desarrollo y la preservación de las vías nerviosas
Es muy importante ser conscientes que, aunque puede que durmamos ocho horas, nos levantemos cansados, con dolor muscular y sin la energía suficiente para afrontar el día. Esto ocurre porque no tenemos bien regulado nuestro ciclo sueño-vigilia y, por supuesto, deberíamos hacer lo posible para ponerle remedio.
El ciclo sueño-vigilia
Para que el organismo esté sano, sus funciones deben variar rítmicamente en relación unas con otras. Tal y como decíamos en otro artículo, el ciclo del sueño está regulado por el reloj biológico, que es quién marca las franjas horarias en las que hay mayor o menor probabilidad de quedarnos dormidos.
El insomnio
Todos sabemos lo que, más o menos, es el insomnio, pero hay que tener en cuenta que hay distintos tipos de insomnio y es importante detectar cuál sufrimos, si queremos remediarlo.
A modo de dato informativo, cerca del 10% de la población lo presenta de manera crónica y casi el 50% lo padece en algún momento de su vida, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Existen distintos tipos de insomnio, y cada uno de ellos presenta un tratamiento distinto, por lo que es necesario conocer cuál es el que sufre la persona afectada para poder optar por un tratamiento individualizado. Según la duración podemos clasificarlo en:
- Transitorio: sólo dura unos pocos días y a continuación desaparece. Se da en individuos que no han tenido nunca problemas de insomnio pero que por situaciones concretas y transitorias se encuentran excitados. Un ejemplo muy claro podría ser el estrés por el trabajo, por exámenes, en fechas especiales como los días previos a una intervención quirúrgica etc.
- De corta duración: dura un máximo de 4 semanas y suele ser causado por situaciones estresantes más graves que las mencionadas anteriormente, como por ejemplo, el insomnio que se produce en caso del fallecimiento de un familiar, problemas económicos, etc.
- De larga duración: permanece durante un período superior a un mes. Sus causas pueden ser múltiples y muchas veces no están claras. En este caso sí que se puede instaurar un tratamiento con fármacos hipnóticos.
Los síntomas se pueden manifestar durante el día, sufriendo, por ejemplo, fatiga, ansiedad, falta de energía y disminución del nivel de alerta. Además puede suponer una gran carga personal, social y económica.
¿Cómo saber si sufro insomnio?
Éste tipo de patología se caracteriza por, al menos, uno de los siguientes síntomas:
- Incapacidad por parte del individuo para conciliar el sueño
- Aumento del número de despertares nocturnos
- Disminución del tiempo de sueño, despertándose el individuo demasiado temprano
- Sensación de que el sueño ha sido insuficiente
¿Cómo solucionarlo?
Para poder solucionar correctamente una patología de este tipo, es necesario analizar detenidamente diversos factores, pero a modo generalizado, comentar que la melatonina es de gran utilidad para restaurar las alteraciones del sueño. Sus efectos para reequilibrar el ciclo sueño-vigilia son muy conocidos y de gran utilidad, eso sí, es mejor que consultemos a un profesional para que nos indique que tratamiento es mejor para nosotros.