Disfruta de las vacaciones en la playa sin que disminuya tu energía

Muchos de los que marchan de vacaciones en estas fechas lo hacen a un destino de playa. Todo con el objetivo de descansar de la rutina, el trabajo y los agobios. Los que salen de la ciudad también lo hacen para respirar aire puro. Y es que, en muchas ocasiones, el aire de las grandes urbes suele estar contaminado. Allí, además de refrescarse, también se puede respirar aire limpio. Y, con las precauciones adecuadas, tomar el sol para hacer acopio de vitamina D.

Pero, por placentera que parezca, la playa también puede acabar con nuestra energía. Bien por exceso de calor, por tener que estar pendiente de los niños o por nadar durante mucho rato… Un día de playa puede dejarnos agotados. Para evitarlo basta con seguir estos consejos, básicos para que resulte reconfortante y agradable, y no agotador.

Qué hacer para disfrutar de la playa y conservar la energía

Para disfrutar a tope de un día playero y no perder ni un ápice de fuerza y vitalidad sólo hay que tener en cuenta algunas precauciones. Además, hay que recordar cubrirse la cabeza para evitar las insolaciones. También darse crema regularmente con un factor de protector adecuado para nuestro tipo de piel. Asimismo hay que darse crema cada vez que salimos del agua. Son las siguientes:

  • Hidratarse adecuadamente. En verano es aconsejable recordar que hay que beber agua o líquidos cada poco tiempo para no deshidratarse. Sobre todo si hace calor.
  • Si se va a comer allí, hacer una comida ligera. Bocadillos, fruta, tortilla o carne o pescado empanado. Los típicos tuppers que preparaban nuestras madres y abuelas para un día de campo o playa son muy adecuados para reponer fuerzas entre baño y baño. Además, una comida casera es mucho más económica y sana que la mayoría de platos que se pueden encontrar en los chiringuitos.
  • No entrar al agua de golpe. Sobre todo si hace mucho calor. El contraste entre la temperatura ambiente y la del agua puede ocasionar molestias y malestar. Es más recomendable hacerlo poco a poco para acostumbrarse gradualmente, especialmente si la playa se encuentra en una zona donde el mar o el océano son fríos.
  • Dar paseos por la orilla cada cierto tiempo. Quedarse tumbado al sol sin moverse de la toalla puede parecer placentero, pero estar tumbado sin hacer nada no tarda en convertirse en aburrido. Por tanto, es mejor moverse de vez en cuando. Un paseo por la orilla del mar o jugar una partida de palas pueden ser perfectos para revitalizarse y recuperar la energía.

Además de descansar y no perder energía, la playa también es un lugar perfecto para relajarse y conseguir que desaparezca el estrés. El sonido de las olas y el olor del mar son especialmente relajantes.

 

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