Hay varios nutrientes que son imprescindibles para tener una buena salud pero son muy difíciles de obtener de forma natural. Algunos de estos nutrientes no los obtenemos porque nuestras rutinas nos lo impiden, como es el caso de la Vitamina D. Es muy difícil obtener la cantidad de Vitamina D recomendada si teletrabajamos o nos pasamos la mayor parte del día sin ver el sol.
Otros nutrientes son difíciles de obtener porque no podemos sintetizarlos naturalmente y solamente los obtenemos a través de la dieta, como es el caso de los ácidos grasos esenciales: Omega 3 y Omega 6.
A estas alturas todos hemos oído hablar sobre los beneficios del Omega 3 y el Omega 6, que pertenecen a la familia de los ácidos grasos esenciales. Su papel clave en el desarrollo y el funcionamiento del cerebro los ha convertido en un importante campo de investigación, especialmente en relación a los trastornos del neurodesarrollo y utilizando principalmente el trastorno por déficit de atención (TDAH) como modelo, que se caracteriza por la falta de atención y en muchos casos por un comportamiento hiperactivo e impulsivo.
¿Cómo podemos detectar la falta de Omega 3?
La manera más precisa de conocer nuestros niveles de Omega-3 y Omega-6 es realizando un análisis de sangre. Sin embargo, hay varios síntomas que son frecuentes y podemos detectar:
Síntomas físicos:
o Sed excesiva
o Micción frecuente
o Piel áspera o seca
o Dolor de estómago
Síntomas conductuales:
o Problemas de conducta / rabietas
o Hiperactividad / impulsividad
o Ansiedad
o Dificultades para dormir
¿Cuál es la relación entre el Omega 3 y el TDAH?
Todos estos síntomas están asociados con la deficiencia de ácidos grasos esenciales y ocurren con frecuencia en niños diagnosticados con TDAH, dislexia o espectro autista (TEA).
Cuando se analizaron las muestras de sangre de 100 niños (6-12 años) con y sin diagnóstico de TDAH, se detectó que los síntomas estaban relacionados con un nivel insuficiente de ácidos grasos esenciales Omega 3 y 6.
Muchos otros estudios confirmaron la asociación entre el TDAH y las deficiencias de ácidos grasos esenciales. Sus resultados se resumen en un metaanálisis publicado en 2014 que analizó 9 estudios. Se concluyó que los niveles en sangre de Omega 3 son consistentemente más bajos en personas diagnosticadas con TDAH cuando se comparan con personas neurotípicas.
Descubre cómo la suplementación con nootrópicos puede ser una buena alternativa para mantener los niveles y el equilibrio de ácidos grasos esenciales en niños y en adultos.