Recibo muchas consultas sobre niños hiperactivos, déficit de atención en niños, tratamientos del TDAH en niños de 6 a 12 años… Y creo que independientemente de los diagnósticos o de los síntomas particulares de cada uno, estas claves son muy importantes para ayudar a tu hijo a que potencie esas habilidades que sin duda tiene, pero en ocasiones le cuesta un poco más que al resto.
Como padres es natural sentir frustración cuando vemos que a nuestro hijo le cuesta organizarse, planificar, regular su conducta… Es normal, somos humanos y es muy probable que también estemos estresados. Pero es importante que seamos pacientes, prácticos y no caigamos en la trampa de pensar que lo hacen para ponernos a prueba.
Bueno. A veces sí lo hacen para ponernos a prueba. Pero ya sabes lo importante que es predicar con el ejemplo. Así que si quieres que aprenda a controlar su genio, no te puedes permitir perder el control.
Es cierto que muchas veces no pueden evitarlo y es que la impulsividad es una de las características más molestas de nuestros hijos.
Si dejas a un lado las emociones y te esfuerzas por entender lo que está pasando, ya estás dando un paso enorme a la hora de enseñarle a potenciar esas habilidades que son todo un reto para ellos.
Las (dis)funciones ejecutivas de los niños hiperactivos o con déficit de atención
Cuando hablo sobre habilidades me estoy refiriendo a aquellas competencias que dependen de las funciones ejecutivas.
Las disfunciones ejecutivas son características que tienen en común la mayoría de las condiciones del neurodesarrollo y las podemos generalizar en estas 7:
- Autoconciencia
- Inhibición
- Memoria de trabajo no verbal
- Memoria de trabajo verbal
- Autorregulación emocional
- Automotivación
- Planificación y resolución de problemas
Ayudando a tu hijo a fortalecer estas áreas, estás enseñándole a controlar y gestionar los síntomas típicos del TDAH, lo que le beneficiará a lo largo de toda la vida.
No olvides que con mucha repetición y práctica todo es posible.
1. Enséñale a ser responsable
Un poco contradictorio, ¿verdad? Te digo que a veces no puede evitar ciertas conductas pero al mismo tiempo que le enseñes a responsabilizarse. Pues sí, efectivamente, tienes que enseñarle a ser responsable de sus acciones. Es posible que no pueda evitar algunos impulsos, pero con práctica puede desarrollar mecanismos para controlarlos.
Enséñale una, y otra, y otra vez, el valor de ser responsable y cumplidor. Deja que se equivoque, aprenda y se de cuenta de lo que significa ser responsable. Así se dará cuenta de la confianza que estás depositando en él y en sus habilidades. Le subirá la autoestima.
2. Despierta su atención y escríbelo (en todas partes)
Le dices una cosa y parece que le ha entrado por una oreja y salido por la otra. Es normal, no pasa nada. Si está por ejemplo jugando a videojuegos o mirando el móvil, haz lo que haga falta para que te mire, sin alzar el tono… Por poner un ejemplo, puedes hacer el gesto de pasarle un objeto para que te mire. Entonces, cuando estés segura de que te está prestando atención, le explicas pacientemente la instrucción.
También puedes escribir la instrucción en notas, en una pizarra, incluso en la mano si es necesario. Pero, ¡consigue que tenga la información delante de sus narices!
Esta ayuda visual le puede ayudar a estimular y desarrollar su memoria de trabajo.
3. Que el tiempo quede claro no, clarísimo
Es frecuente que el tiempo se le pase volando o que tenga dificultades para calcular cuánto tardará en hacer alguna tarea, como los deberes, por ejemplo.
Consigue que se acostumbre a utilizar algún instrumento, que puede ser sencillamente un móvil para gestionar el tiempo con alarmas, temporizadores, cronómetros, etc. Para que sea consciente de la duración del tiempo y su transcurso.
De esta manera aprenderá a gestionar mejor el tiempo y organizarse mejor.
4. Que la recompensa sea inmediata y evidente
La desmotivación es un gran obstáculo. Y una de las maneras más prácticas para mantener su motivación elevada es utilizar estímulos externos. Porque, cuando tu hijo no puede entender con claridad que puede obtener una recompensa inmediata, es fácil que se distraiga, cambie de tareas constantemente o deje las tareas a medio terminar.
Incluso puedes inventar un sistema que puede reforzar metas a largo plazo con pequeñas recompensas a corto plazo. Por ejemplo, puedes idear un plan para llevar a tu hijo a un parque de atracciones o similar, si consigue entregar los deberes en el colegio a tiempo durante 1 mes. Y, en este hipotético plan, le darías a tu hijo una ficha o papelito, o tarjeta, o cualquier equivalente, en cada una de las ocasiones que entregue sus deberes a tiempo.
La meta a largo plazo es entregar siempre los deberes a tiempo, la recompensa a corto plazo son las fichas, que irá acumulando, y el premio es la actividad (parque de atracciones).
5. Muestra compasión y adapta el entorno
En ocasiones te pone de los nervios. Lo sé por experiencia propia. Pero aprendamos a gestionarlo mejor, porque la clave más fundamental de todas es, nada más y nada menos, que la compasión. Evita a toda costa descalificar sus habilidades y procura siempre destacar sus fortalezas, todo aquello que se le da bien.
Tienes que tener muy claro que tu hijo es tan inteligente, o más, que sus compañeros, pero sus dificultades en las funciones ejecutivas que hemos mencionado antes, impiden que muestre todo su potencial. De manera que la clave aquí consiste en adaptar su entorno para ayudarle a gestionar mejor sus funciones ejecutivas. Tienes que estar dispuesta a ayudarle para que no se rinda.
Cuando se equivoque, procura no regañarle y esfuérzate por comprender qué ha salido mail, y cómo puedes ayudarle a que aprenda de sus errores para hacerlo mejor en el siguiente intento.
Es el día a día lo que cuenta y cada día es un paso más hacia la meta
No estoy diciendo que sea tarea fácil, pero tú eres la persona que más quiere a tu hijo y por encima de todo quieres que tenga un futuro brillante y triunfe en todo lo que se proponga. Si has leído este artículo hasta el final ya me lo has demostrado.
Puede llevar tiempo encontrar las estrategias que mejor se adaptan a tu hijo. La actitud positiva, la paciencia y la constancia son tus mejores aliados.
Estas son solamente algunas claves para ayudarte en el camino que estáis emprendiendo juntos. Y no me cabe duda de que con tu apoyo tu hijo puede aprender a mejorar esas habilidades que le ayudarán a triunfar y cumplir sus sueños.
Si tú también estás en este camino, escribe un comentario y comparte tus experiencias para ayudar a otras madres o padres que están en la misma situación. Porque igual que nuestros hijos, nosotras también necesitamos palabras de aliento, más de lo que nos gusta admitirlo.