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Cómo disfrutar de los desplazamientos en vacaciones sin perder energía

Las vacaciones son el momento soñado para muchos para descansar de la rutina, reponer fuerzas, disfrutar de la tranquilidad… Conocer nuevos lugares o retornar a los orígenes. Pero,¿cómo disfrutar de los desplazamientos en vacaciones sin perder energía? Ya en destino, la relajación es lo más normal. Pero, muchas veces, el viaje hasta llegar se puede convertir en una auténtica pesadilla. Independientemente del medio de transporte que se elija, porque todos tienen sus inconvenientes.

Si ya se viaja con niños, los problemas se multiplican: desde el típico ¿falta mucho? hasta el «quiero ir al baño». Pasando por «tengo hambre» o «me aburro». Los viajes con niños pueden acabar con la energía del más paciente de los padres. Por eso, lo más recomendable es, ya desde la salida, armarse de paciencia. Además, tener recursos y utilizar trucos para que el desplazamiento no se convierta en un infierno.

Cómo disfrutar de los desplazamientos en coche

En estas fechas en las que todos huimos de nuestro lugar de residencia. Buscamos un merecido descanso, y al hacerlo en coche puede ser un poco complicado. Sobre todo si salimos en hora punta. Para disfrutar de nuestras vacaciones sin perder energía lo más aconsejable es salir cuando ya hayan pasado los atascos de salida. O a unas horas en las que vaya a haber poca circulación. Por ejemplo, por la noche.

En cualquier caso, tener presentes algunos consejos evitará sustos e imprevistos. Por ejemplo: hacer una revisión al coche antes de salir (sin olvidarse del aire acondicionado). Procurar que el interior del coche esté fresco y aireado. Parar cada dos horas para descansar un poco y refrescarse. Pensar en juegos para entretener a los niños durante el viaje y tener a mano tanto bebidas frescas como algo para picar. Así evitaremos ataques de hambre a bordo. Sobre todo, los infantiles. Y si no se puede evitar desplazarse en plena hora punta de salida, no queda otra solución que armarse de paciencia y evitar las prisas por llegar. Más vale tardar un poco más y llegar bien. Llegar una hora antes significa hacerlo con prisas. Lo importante es vivir las vacaciones sin perder energía.

Disfrutar viajando en autobús o en el tren

Los viajes en transporte público tienen tanto ventajas como inconvenientes. Pero si se hacen por vacaciones, los puntos positivos siempre suelen superar a los negativos. Viajar en autobús es una experiencia muy distinta a hacerlo en tren. Como no se tiene que conducir ni estar pendiente de la carretera durante el viaje, también puede ser placentera. De la misma forma que en coche, viajar con niños siempre supone un desafío. Para empezar nuestras vacaciones sin perder energía, convertiremos el viaje en toda una aventura para ellos.

En cualquier caso, nadie esta a salvo de sufrir retrasos, especialmente al viajar en autobús. Y eso, unido a las esperas, puede generar tensiones. Por lo tanto, si hay atasco al viajar en autobús o el tren sufre una avería, lo mejor es mantener la calma y tener paciencia. Esto, no obstante, es bastante poco probable, por lo que es mejor disfrutar del viaje y aprovechar para leer, escuchar música, escribir, ver una película, etc.

Si el destino al que se quiere viajar tiene estación de tren y se viaja con niños, es recomendable optar por esta opción en lugar de por el autobús. En un autobús es complicado, por no decir imposible, poder levantarse del asiento, lo que puede convertirse en una tortura para los pequeños. En tren, sobre todo en los viajes largos, suele haber cafetería. Dar un paseo hasta ella ya les hará cambiar de ambiente y se tranquilizarán un poco ante la novedad.

Viajes en avión: evita el estrés en los controles

Lo que es quizá más estresante del viaje en avión no tiene que ver con el viaje, sino con los controles de seguridad previos. Especialmente si se viaja fuera de la Unión Europea. Además de las colas, que en épocas de mucha afluencia de viajeros suelen ser largas, una vez llegados al punto de control hay que quitarse cinturones, chaquetas, los zapatos si se viaja con tacones o se llevan calzado que cubre más arriba de los tobillos, los metales, etc. y depositarlos en cubetas para que pasen por un detector. Lo mismo hay que hacer con los aparatos electrónicos. Además, hay que pasar por un detector de metales y luego recoger todo deprisa para seguir hacia la zona de embarque.

Semejante ajetreo puede poner de los nervios a cualquiera. Para evitarlo y encarar nuestras vacaciones sin perder energía, lo mejor es tomar varias medidas. Entre ellas, acudir al aeropuerto con tiempo suficiente para evitar que las colas y los controles nos hagan pueda perder el vuelo. Generalmente, es aconsejable presentarse entre dos horas y dos y media antes de la salida (más de tres si se viaja fuera de la UE), Si se puede, evita facturar. Eso agiliza los trámites, puesto que así ya nos evitaremos una cola, aunque no siempre es suficiente.

Después, preparándose para pasar el control de seguridad, conviene tener a mano la tarjeta de embarque y el DNI. Y no hay que perderlos de vista en ningún momento. También tener a mano en el equipaje de mano los aparatos electrónicos y evitar viajar con los líquidos en un bote que supere los 100 ml.

Pasado el control, lo mejor es coger las cajas con nuestras pertenencias y retirarnos a una mesa para poder guardarlo todo sin agobios. Una vez preparados, pasear tranquilamente hacia la puerta de embarque, y disfrutar del vuelo.

 

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